domingo, 4 de octubre de 2015

Luna de Miel atípica. 5ª y última parte. Álava y Zaragoza

Al día siguiente de ver el parque nos fuimos dirección al País Vasco.

Hasta entonces habíamos tenido muy buen tiempo durante todo el viaje. Hacía frío, aunque con días muy soleados y tranquilos. Pero llegamos a Álava y el tiempo cambió... Empezó a llover, por lo que no pudimos disfrutar del lugar como se merece. Llegamos por la tarde, estaba anocheciendo y con la lluvia no pudimos entretenernos mucho.

Por lo que pronto nos dirigimos hacía Los Arcos de Quejana, el cual era el hotel que habíamos elegido para pasar la noche. Un caserío precioso que mezcla la modernidad con un entorno rural inigualable.


Hicimos una cena rápida en el bar del hotel y enseguida fuimos a la habitación. Iván se quedó frito rápidamente y como en la tele ponían "V de Vendetta", la estuve viendo. Hasta que también me quedé dormida.

Nos despertamos y desayunamos rápidamente. Teníamos intención de ir al Museo de Santxotena. En el Taller- Museo de Xabier Santxotena se pueden encontrar esculturas del artista, basadas en la naturaleza, así como contenidos audiovisuales. En esos días (Diciembre) se ubicaba una recogida de pesebres del mundo y eso era lo queríamos ver, básicamente. Pasamos casi toda la mañana en el museo.

Más tarde nos dirigimos hacía Orduña. Se acababan los días, el tiempo se nos echaba encima, por lo que solo pudimos comer y ver el casco antiguo del municipio.

Marchamos del lugar, dirección Zaragoza, nuestra última parada antes de volver a  casa. En Zaragoza íbamos a ver a mi gran amiga Asun y pasar un día allí. 
Era nuestra última noche, decidimos pasarla en una suite (igual que la primera). Nuestro hotel elegido fue Silken Zentro Zaragoza, el cual está en el centro, como bien indica, de la ciudad. Estuvimos disfrutando en nuestra suite, la cual es más grande que nuestro piso.






Y posteriormente nos fuimos a cenar. Como curiosamente una de mis mejores amigas de Barcelona, Emma, tenía que arbitrar en Zaragoza aprovechó para quedar con Asun. Nosotros como llegamos improviso y sin avisar, ellos habían reservado en un restaurante y no cabíamos todos, por lo que Iván y yo nos fuimos a cenar tapas por "El Royo". Y sin problema. 



Y como podéis ver, nuestras tapitas eran muy apetecibles...



Y a dormir. A la mañana siguiente disfrutamos del buffet del hotel como unos enanos.


                                                                                       
Pasamos el día con Asun, paseando, poniéndonos al día. Por la tarde subimos a nuestro coche y ale... ¡Pa casa!


Fueron unos días bonitos, los cuales nos sirvieron para desconectar del infierno que llevábamos dos meses viviendo. Conseguimos que Iván ganara peso y que ninguno de los dos pensara tanto en lo que nos esperaba al volver a la vida normal.

Espero que os haya gustado mi pequeño diario de viaje.