jueves, 9 de julio de 2015

Luna de Miel atípica. Segunda parte: Taramundi

Íbamos dirección norte, nuestro objetivo era Taramundi, un pueblo de cuento ubicado en Asturias. Y como estamos un poco locos hicimos todo el trayecto en un solo día.
Tardamos más de 12 horas en llegar, haciendo paradas cortas, excepto a la hora de comer: paramos en Toledo y estuvimos disfrutando de la gastronomía del lugar.

Las últimas dos horas fueron terribles, mi espalda no podía más, nuestro coche se estaba portando como un campeón, pero no es un coche tan cómodo como para realizar trayectos tan largos... No sabíamos exactamente cuanto rato nos faltaba por llegar y por poco nos quedamos a dormir en cualquier hotel de carretera. Pero llegamos al pueblo y en seguida cambio nuestro ánimo.




Era de noche, no teníamos previsto donde alojarnos, teníamos hambre, sueño... de todo... Pero la ventaja es que Taramundi es pequeñito, por lo que tiene pocos hoteles. Rápidamente nos decidimos por uno de ellos y os debo decir que es la mejor elección que pudimos hacer, el Hotel Taramundi.

Todo el viaje fue bonito e inolvidable, pero Taramundi tiene una magia especial y aunque solo pasamos dos días en la zona, los disfrutamos enormemente.

Al llegar al hotel, nos acogieron como si fuéramos de la familia, nos acomodaron en la habitación. Incluso nos dieron una llave de la puerta de atrás para que pudiéramos entrar y salir del hotel a nuestro antojo. Y aunque era muy tarde, la dueña se inventó una cena para que pudiéramos comer.
En el hotel son todos encantadores, un trato maravilloso, un hotel limpio y cuidado hasta el último detalle... un lugar inolvidable, por supuesto cuando volvamos algún día por esos lares (y espero que pueda ser pronto), os aseguro que volveré a escoger ese hotelito.

Nos fuimos a dormir extenuados, era negra noche y no veíamos nada del paisaje.


Al despertar por la mañana pudimos contemplar toda la belleza del lugar y la verdad es que no nos defraudó.
Bajamos a desayunar, un desayuno muy completo, riquísimo y empezamos a pasear por el pueblo.





Fuimos a Os Teixois. Os Teixois es una pequeña aldea que dista unos 4 km del pueblo. Esta aldea basó todos sus ingenios en el poder del agua. Y aunque hoy en día sólo se activa para deleite de los turistas, podría seguir funcionando perfectamente.




A la hora de comer fuimos al Hotel Casa Paulino en el pueblo. Un amigo de Iván nos lo había recomendado encarecidamente, pues según él hacen la mejor fabada que puedas probar. 
La pinta de la fabada era estupenda, nuestras papilas gustativas saltaban y la acompañamos de un buen vino
De entrante escogimos paté de Cabrales ¡quitaba el hipo!
Desde luego no se si será la mejor fabada del mundo mundial como nos dijeron, pero... ¡estaba exquisita!




Esa tarde decidimos ir a Esquios, otra aldea cerca de Taramundi. Es un taller de forja todavía activo y en el que realizan las famosas navajas de Taramundi (de las cuales compramos dos). También tienen un museo donde se pueden observar objetos antiguos, desde sellos, hasta cunas, pasando por bicis...





Cenamos en el hotel, en el cual se come muy bien y dormimos como si no lo hubiéramos hecho en años.

Nos fuimos a la mañana siguiente, con pena, teníamos que seguir nuestro camino, pero el recuerdo de Taramundi siguió en nuestra mente y corazón, por eso considero que merecía que le dedicara una entrada entera en el blog.