viernes, 3 de julio de 2015

Luna de Miel atípica. Primera parte

Nuestra Luna de Miel fue un poco distinta a las que se suelen hacer últimamente. No cruzamos el charco, ni traspasamos ninguna frontera. No por nada, simplemente, porqué los dos ya habíamos viajado a varios países y llegamos a la conclusión que uno de los países por el que menos nos habíamos movido, precisamente era el nuestro.

Si que íbamos a la montaña e íbamos a la playa. Pero si quitábamos sitios muy concretos, conocíamos muy poco de España. Habíamos estado en Navarra y Zaragoza juntos, pero ya está. Probablemente, yo me había movido por España más que él y realmente, conocía muy poco.

Y como comer nos gusta mucho… ¿Qué mejor sitio para comer que España?

La idea era poner las maletas en el coche e ir donde éste nos llevara. Teníamos una ruta básica a seguir, con unos sitios concretos en algunos puntos que queríamos visitar, pero el resto fue surgiendo solo.


Empezaríamos bajando hacía el sur, pasaríamos por Lorca y Tabernas, tierra de mis abuelos y que yo no conocía. Pasaríamos 3 o 4 días por allí, cruzaríamos España pasando por las Castillas dirección a Galicia, luego pasaríamos por Asturias, Cantabria, País Vasco, Aragón y volveríamos a Cataluña.

Así que...
Hicimos maletas, llenamos el coche y nos fuimos a nuestra aventura.

Fuimos bajando el Mediterraneo, pasamos de largo Valencia y Alicante e hicimos nuestra primera parada en la Manga del Mar Menor.


Vista desde el Hotel

Buscamos hotel para pasar la noche y como era nuestra primera noche, merecíamos una buena habitación, así que escogimos la Suite.  El hotel en concreto era el Hotel Las Gaviotas, Iván dijo en recepción que éramos recién casados y nos subieron una botella de cava. Al ser Diciembre había pocos huéspedes y la verdad es que estuvimos de vicio. Por la noche fuimos a cenar a La Tasca Tío Andrés, Iván se comió unos caracoles que todavía no ha olvidado...







A la mañana siguiente fuimos a ver El Faro de Palos. Actualmente el faro es un mirador y todo el paisaje que lo envuelve es digno de ser visto. Pasamos todo el día por la zona y por la tarde nos subimos al coche en dirección a Mojácar.




Mojácar fue nuestro campamento base para los días que íbamos a pasar por Almería y Murcia. Es un pueblo precioso de costa. El pueblo en si es muy pintoresco, muy mediterráneo, con casitas blancas. La zona que bordea el mar, es la zona donde están la mayoría de hoteles y restaurantes, imagino que en verano debe estar a rebosar de gente, como Salou o Lloret de mar, pero en las fechas que fuimos había poca gente y lo pudimos disfrutar de otro modo.


Nos instalamos en Hotel Puerto Marina. El hotel se compone de apartamentos con comedor- cocina, baño, habitación y una espaciosa terraza.

Esa misma tarde fuimos a visitar el pueblo, es muy bonito y de algún modo me recordó un poco a Ibiza. La verdad es que el resto de días disfrutamos poco de Mojácar, llegábamos por la tarde- noche. Eso si, esas tardes-noches fueron muy divertidas, nos proporcionaron el ocio que necesitábamos y aunque no hicimos cosas excepcionales, recuerdo esos instantes con una gran sonrisa. Íbamos a un local llamado Ozone Bowling Mojácar y jugábamos a los bolos y a algunos videojuegos. Y si no, nos quedábamos en el hotel, veíamos el espectáculo que había y jugábamos al Bingo con el resto de huéspedes. De hecho, ¡Iván hizo un Bingo! creo que fueron 17 €...



El primer día instalados en Mojácar fuimos a Lorca, la tierra de mi abuela materna. Mi mente se lo había imaginado distinto, quizás por las fotos familiares que tiene mi madre en casa las cuales deben tener 30 años, por lo que habrá cambiado notablemente. Recorrimos la ciudad y finalmente fuimos al castillo. Tuvimos mucha suerte, pues resulta que esos días era la tradicional matanza de chato murciano y por muy poco dinero comimos unos buenos jamones, morcillas, ensalada murciana y....mmm... lo recuerdo y se me hace la boca agua...

Ese mismo día también en el castillo se hacía un espectáculo de cetrería y lo pudimos ver.

Al día siguiente fuimos a Tabernas, el pueblo de mi abuelo materno. El pueblo en si es pequeño, pero seguro que a algunos os sonará el nombre. Seguro que si, pues en Tabernas se encuentra Fort Bravo, lugar donde se rodaron bastantes espaguetti-western. Incluso hoy en día se ruedan algunos videoclips, cortos...
En el poblado hacen un espectáculo del Oeste muy logrado y vale la pena verlo. Mientras estás  allí tu mente se traslada a otra época y otros lugares, visita muy recomendable.


Al día siguiente, nos montamos en el coche con la intención de atravesar España e ir al norte...